La parroquia San Pedro de Kinshasa con el párroco, su vicario y muchos feligreses han acogido a las Hijas de San Pablo para la solemne celebración de apertura del Centenario de fundación. La iglesia ha sido literalmente invadida por personas que han participado con alegría al evento: los miembros de la Familia Paulina, religiosos, sacerdotes, amigos, conocidos y familiares de las Hijas de San Pablo.
Ha enriquecido la celebración, la procesión y la entronización de la Biblia, llevada a paso de danza por las postulantes tras el canto del Gloria. El obispo auxiliar de Kinshasa, Mons. Edward Kisonga, que ha presidido la Eucaristía, ha invitado a las Paulinas a vivir el Centenario como tiempo de gracia y de actualización del carisma. También destacó tres actitudes que deben caracterizar a una comunidad de las Hijas de San Pablo: la eficacia, la alegría y la prontitud. Como telón de fondo de la reflexión ha recordado una frase de Maestra Tecla: «Si no se puede estar siempre en la alegría, se puede estar siempre en la paz».
El obispo concluyó su intervención invitando a los presentes a rezar por las Hijas de San Pablo y agradecer al Señor por su presencia activa en Congo, en la Iglesia y en el mundo de la comunicación.